Hablando hace poco con una amiga que a menudo es malhumorada y respondona, le hice la siguiente preguna: ¿cómo preferirías ser tratada, como los demás te tratan a tí, o cómo tú les tratas a ellos? Tras una pausa, me respondió de malas maneras (cómo si no), recriminándome que mi opinión sobre ella no era muy acertada.
No estoy diciendo que yo sea perfecta y sé que fui un poco borde. Tengo tantos defectos como cualquier otra persona. Sin embargo, es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en la propia y también es más fácil aprender de los errores ajenos, que no duelen que de los propios, que sí. Y si quieres lograr cosas que nunca creiste posibles, pensar en los otros antes que en tí y en cómo te gustaría ser tratado si fueras ellos te traerá tremendos beneficios.
Aquí os expongo seis ejemplos de cómo pequeños cambios en tu actitud lograrán tremendas mejoras en la de los demás hacia tí.
1._Trata a los demás con tanto respeto como a quien más respetes. Trata a los ancianos que se montan en el transporte público como quieres que otra gente trate a tus abuelos. Trata a la gente en hostelería/tranporte/la Administración con cortesía. Trata a la gente de usted. Desea buenos días/tardes/noches, pide las cosas por favor, ofrece una sonrisa y da las gracias. No hables por el móvil mientras te están atendiendo.
2._Mira a la gente a los ojos. Hay pocas formas tan efectivas para maltratar a alguien como no mirarles mientras te hablan. Eso hace sentir a la persona que se dirige a tí que no es digna.
Piensa en la gente que pide dinero en la calle o que ofrece La Farola. Imagínate lo que debe ser estar de pie tantas horas al día, haga frío o calor, dirigiéndote a cientros de personas que ni te miran. Que no aceptan que estés ahí y que desearían que estuvieras en otro sitio para no molestarles ni a a ellos ni a sus conciencias. Si no quieres darles nada, con una mirada directa y un «No, gracias» habrás consiguido el mismo efecto pero habras dejado de tratarles de forma cruel.
3._Tu tiempo no es más importante que el de los demás. No eres el único en el atasco así que deje la bocina en paz. La cola del supermercado no es culpa de los demás ni de la cajera, así que no expreses tu frustración maldiciendo en voz baja (ni alta). No te cueles en las colas, deja salir antes de entrar, no mandes emails inútiles…
En resumen, sé cortés y agradece, de palabra o de forma escrita el tiempo que te han dedicado. Y dile a tu madre lo buena que esta la comida/cena/merienda mientras aún la estás disfrutando.
4._Tu estado de ánimo lo estableces tú. Si siempre te estás quejando de todo lo malo que tienes o que te pasa pero no agradeces lo bueno, cómo esperas ser feliz o estar sano. Tu mente tiende a ir hacia lo que más piensas. Si sólo piensas en cosas malas, no sólo las verás más grandes de lo que son, sino que las atraerás hacia ti. Si crees estar siempre enfermo, feo, gordo o solo, lo estarás. Ser negativo afecta también a quienes te rodean, alejándolos de ti.
Si decides empezar a pensar en positivo, verás cómo cada vez hay más cosas buenas en tu vida, más gente alegre, más y mejores amigos. Repítete lo bien que está, lo guapo que eres, lo bien que te lo pasas y lo saludable que te sientes a menudo.
5._Ten confinaza en tí mismo. Al principio, si no la tienes ya, esto es un poco complicado. Es importantísimo que encuentres cosas de tí que te gusten y que te hagan especial. Resalta lo bueno y olvídate de lo malo. Nadie es perfecto, pero verás que la gente más confiada parece más alta, más guapa y más lista. Si crees que tú puedes, podrás. Si crees que te lo mereces, te lo merecerás.
6._Pide ayuda. La mejor forma de que alguien se sienta útil y valorado es solicitar su ayuda. Empieza con un «Buenos días, tengo un problema que no sé solicionar y querría saber si me puede ayudar a …» Verás cómo la gente de la oficina de correos, de tu compañía móvil o del banco son mucho más solícitos de lo que lo habían sido nunca. Si te dan indicaciones de cómo hacer algo, repíteselas para ver si lo has entendido bien. Acaba con una sonrisa y agradeciendo mucho su ayuda.
Ya veréis como dentro de muy poco verás un cambio tremendo no sólo en los demás, sino también en tí mismo, y ya me diréis si ese cambio ha sido a mejor.